El concepto de manufactura se refiere a la transformación de las materias primas en productos elaborados o semielaborados que serán destinados para su venta y consumo a gran escala. Por lo tanto, tiene relación con la ingeniería y el diseño industrial, actividades que tienen un papel relevante dentro de la fabricación.
La manufactura pertenece al sector secundario de la economía y tiene por objetivo la satisfacción de las necesidades del consumidor a través de cada producto que se elabora y para lograr esto, en cada proceso interviene el factor humano, energía, maquinaria y tecnología especializada.
Se puede decir que los procesos de manufactura surgieron con los inicios de la humanidad, puesto que en aquellos tiempos, el hombre hacía uso de su fuerza manual para crear o elaborar materiales y objetos que le ayudaran a subsistir; como la artesanía, que durante la Edad Media fue la principal actividad económica.
Más adelante, en Gran Bretaña comenzaron a aparecer los primeros vestigios de la manufactura moderna, cuando en 1780 la Revolución Industrial le dio un gran cambio al trabajo del hombre con la introducción de las máquinas y las fuentes de energía que agilizaron los procesos de producción.
Tal fenómeno de mecanización se expandió rápidamente por Europa, Estados Unidos y el resto del mundo debido a que fue notorio el cambio que había experimentado la manera de fabricar un producto, y gracias a su desarrollo a lo largo de la historia, ha dejado conceptos que hasta el momento se usan: producción en masa, producción en serie, optimización de procesos, entre otros.
Los procesos de manufactura, también conocidos como procesos industriales son todas aquellas labores que se encargan de transformar la forma inicial de las materias primas. Es decir, se modifica su color, composición, dimensión, firmeza y consistencia por mencionar algunas de las propiedades que se alteran durante la fabricación de un producto final.
Se consideran pasos clave a seguir para obtener una óptima producción y contemplan desde la compra o sustitución de los recursos necesarios hasta la comercialización de los productos terminados.
Pocos son los consumidores que se detienen a pensar en el proceso de elaboración de los productos que a diario usan y consumen, pero se tiende a creer que sólo existe una línea de producción para cada uno de ellos. Sin embargo, es importante saber que existen dos principales tipos de manufactura.
Se trata de procesos que se realizan sin pausa, pues se están ejecutando las 24 horas, los 7 días de la semana. Este tipo de producción exige protocolos de control y gestión para lograr que ninguna actividad se detenga y los productos se entreguen en tiempo y forma a lo contemplado.
La manufactura discreta se refiere a la fabricación que se basa en listas de materiales o ensambles. Es decir, los productos que se elaboran mediante ella pueden ser desensamblados para dividirse en sus diferentes componentes y estos pueden volver a formar parte del inventario de materiales.
La manufactura flexible es aquella que sale del modelo tradicional sin perder el objetivo principal de obtener productos elaborados, al contrario, busca optimizar los procesos para evitar los niveles de variación o error que se pueden presentar en cada producto, así como también implementa una automatización por medio del uso de tecnología.
Es un sistema se implementa para realizar cada actividad de manera adecuada, permite tener una producción autónoma y adaptable tanto a las necesidades de la industria como las que demandan los consumidores. Gracias a su constante desarrollo y futuro prometedor para este sector económico es que forma parte de la industria 4.0.
Hasta el momento hemos dado un recorrido rápido por la evolución de la manufactura que no ha perdido, sino más bien perfeccionado su modo de transformar las materias primas en millones de productos que día a día son vendidos y empleados por los consumidores.
Por lo tanto, podemos decir que sin importar la industria o el tipo de producto a elaborar, la manufactura presenta rasgos generales que la unifican como sector, los cuales a continuación se mencionan:
Aún con la integración de maquinaria y tecnología, el factor humano sigue teniendo un papel importante dentro de los procesos.
La manufactura es versátil debido a que no hay proceso único a implementar. Los procesos varían de acuerdo a la industria y a la especialización de actividades.
No sólo busca transformar las materias primas, sino también optimizar el uso de los recursos, ya que esto incrementa los beneficios que recibe cada industria.
En algunos casos, se requieren procesos de producción intermedia de acuerdo a la complejidad de elaboración del producto.
La tecnología también ha contribuido en el desarrollo de cada industria debido a que ha mejorado sus actividades productivas y la calidad de sus productos. No obstante, por su desempeño positivo y su considerable impacto en la economía, podemos decir que hay sectores industriales que se destacan más que otros.
La industria automotriz es una de las más importantes para el país debido a que impulsa la economía y en la actualidad representa el 6% del PIB nacional. A ella pertenecen diversas empresas que se dedican al diseño, fabricación, ensamblado y comercialización de vehículos y autopartes.
Este sector ha experimentado grandes desafíos en la baja producción de automóviles durante la pandemia, pero conforme la situación mundial ha ido mejorando, esto se ha revertido y ya se comienza a ver un incremento en la fabricación y exportación hacia mercados internacionales.
La producción de medicamentos y de dispositivos médicos siempre ha sido una necesidad imperante, pero ante el panorama global de salud que se vive en la actualidad, la industria farmacéutica ha incrementado su valor y su desarrollo, llevando a las empresas del sector a implementar nuevas tecnologías que favorecen sus actividades y la salud de las personas.
Cabe destacar que México es el segundo mercado más grande de América Latina en esta industria y así también, el mayor exportador de dispositivos médicos a Estados Unidos y ocupa el octavo lugar como en exportaciones a nivel mundial y ante ello, esta industria busca mejorar su posición competitiva.
El sector farmacéutico representa en promedio 1.2% del PIB nacional y 7.2% del PIB manufacturero y además, ha mostrado un crecimiento en cuanto al número de establecimientos dedicados a esta actividad, llegando a las 770 unidades económicas según datos del INEGI.
De manera general, la industria de la alta tecnología es la que presenta mayor avance en innovación, pero en el caso específico de nuestro país, esta industria se mantenido firme en incrementar su valor económico al integrar nuevas tecnologías que impulsan el desarrollo de sus actividades.
México es un país rico en recursos que favorecen las actividades de la industria alimentaria y este sector ha incrementado su actividad durante la pandemia, lo que le ha permitido tener un favorable crecimiento dentro del mercado y mejorar el modo de producción y distribución de productos de consumo.
El INEGI registró que durante el año pasado, el PIB de esta industria en promedio fue de 827,980 millones de pesos, siendo el sector dedicado a la elaboración los productos de panadería y tortillas, el que tuvo una mayor aportación a esas ganancias.
Parte de las estrategias de las empresas que pertenecen a este sector ya se incluye la migración hacia la manufactura digital con la que podrán automatizar sus procesos productivos y satisfacer de manera efectiva y eficiente las necesidades de los consumidores.
La manufactura sigue evolucionando y se ha convertido en un sector competitivo y complejo que busca la satisfacción de los consumidores, ofreciendo un valor agregado a sus productos al integrar nuevos métodos y tecnologías que tienen un impacto positivo en los procesos de producción.
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